Entre las estrategias más frecuentes que se utilizan para manipularnos, están las críticas, claro. Ya sean fundadas o no, una parte de estas verbalizaciones tienen como función no sólo el modificar nuestra conducta (lo cual es legítimo) sino además el elicitar en nosotros respuestas condicionadas aversivas que nos hagan más susceptibles a hacer o dejar de hacer lo que el otro quiera.
En el lenguaje del análisis de conducta, elicitar quiere decir que se produce de manera refleja y segura, y es lo que utilizamos para describir las respuestas condicionadas, que a menudo son reflejas. Esto es, si aparece el estímulo condicionado siempre aparece la respuesta condicionada. Por el otro lado, cuando decimos evocar, nos referimos a que es más probable que la respuesta se produzca, pero podría ser que no. Por ejemplo, el semáforo en verde evoca la respuesta de cruzar, pero si veo que viene una moto a toda leche no lo haré.
Por qué nos critican, y por qué funciona (pero no para cambiar nuestra conducta).
Bien, pues desde la terapia asertiva sistemática se nos dan varias herramientas muy útiles para afrontar cuando algo nos critica. De acuerdo con los autores de este tipo de terapia, el comportarnos de manera asertiva frente a la crítica nos ayudará a mejorar nuestra autoestima, mediante dos procesos de aprendizaje fundamentales:
1) La desensibilización por habituación a recibir críticas. Si somos capaces de recibir una crítica, habiéndonos habituado a ese malestar, tenderemos a sentir menos de ese malestar en el futuro cuando nos critiquen, especialmente si la crítica es injustificada, y por tanto nuestra confianza en nuestra capacidad de afrontar este tipo de situaciones va a mejorar.
2) Por otro lado, de cara a quien nos critica, estaremos reforzando diferencialmente las críticas constructivas y útiles (mediante técnicas como la interrogación negativa, por ejemplo), a la vez que extinguimos (que no castigar) la conducta de lanzar críticas poco útiles, falsas o destructivas (con el banco de niebla, o la aserción negativa, por ejemplo).
Hablamos de extinguir y no castigar (que la diferencia no está clara) porque en una contingencia de castigo, lo que sucede cuando nos hacen una crítica es que nosotros presentamos una consecuencia aversiva (o que creemos aversiva, como veremos), como puede ser enfadarnos, contraaatacar (castigo positivo) o retirar la palabra o el afecto (castigo negativo), pero el problema con el castigo es uno que ya hemos tratado: no enseña qué hacer, puede provocar reacciones emocionales incompatibles con aprender la conducta adecuada, y además nos podemos condicionar de manera clásica como un estímulo aversivo (es decir, que es vernos y se sienten mal).
Además de que, como muchos ya habréis experimentado en vuestras carnes, ese tipo de respuestas a menudo no funcionan como castigos, porque no disminuyen la probabilidad futura de que la conducta se repita. ¿Cuántas veces habéis respondido enfadados a una crítica que os hace vuestro padre o madre sobre cómo vestís, o si habéis engordado, o adelgazado, y habéis conseguido que dejen de hacerlo? Pues la respuesta es probablemente de cero, o casi cero, porque en realidad, eso que pensáis que es un castigo no tiene por qué serlo.
Por ejemplo, cuando contestas cabreada al enésimo comentario sobre tu cuerpo que hace alguien con muy buena intención, no estás castigando esa conducta porque, entre otras cosas, la persona no va a hacer la reflexión de "claro, Antoñita se ha enfadado conmigo porque he hecho un comentario impertinente sobre su cuerpo y claro, le ha molestado". Lo que va a pensar, probablemente es "ENCIMA de que me preocupo por ella y por su salud, y me preocupo de que no vaya dando el cante embutida como una morcilla en una ropa que no le cabe, ENCIMA va y se pone flamenca contestándome así" y etcétera. Y la persona que hace la crítica no sufre un castigo, sino que, al contrario, la conducta se ve reforzada porque la ira es una emoción gratificante, de acuerdo con psicólogas como Carol Tavris, porque la ira nos hace sentir que tenemos razón, y como ya hemos dicho muchas veces por activa y pasiva, tener razón es de las mejores cosas que hay en esta vida. Con lo cual, a menudo contestar con un "y tú más", o enfadarse, o mandar a la gente a la mierda, no consigue que dejen de criticarnos, al contrario. Por eso pasa lo que pasa en las cenas de Nochebuena y Nochevieja, y por eso la Navidad es para mucha gente antesala de sufrimiento.
Y no sólo eso, es que a menudo cuando nos enfadamos, dado que el enfado es una emoción de aproximación, lo que hacemos es reforzar con nuestra atención la conducta de esta persona. Es una de las razones por las que los críos, a menudo, hacen cosas o se niegan a hacerlas, sabiendo que no pueden ganar, que se van a llevar un castigo o que les van a obligar a ponerse el abrigo de todas las maneras. Es una forma de sentir control sobre la conducta del otro: sí, no puedo elegir qué voy a comer, no puedo elegir qué me voy a poner, ni si me puedo quedar viendo la tele, pero si yo aprieto este botón tú saltas, y LO VOY A APRETAR. La atención es un reforzador muy muy poderoso.
Por esto, los típicos consejos de "mándalo a la mierda" o "tú lo que tienes que hacer es decirle que se meta en tus cosas" a menudo no funcionan. Sí, claro, en algunos casos concretos pueden funcionar, pero muchos tenemos la experiencia contraria.
En cambio, cuando extinguimos una conducta previamente reforzada, lo que hacemos es dejar de presentar el reforzador (que muchas veces es nuestra reacción de malestar), de modo que la persona deja de obtener lo que antes obtenía (a menudo, nuestra atención, o que nos pleguemos a sus críticas). Con lo cual, si quiere conseguir ese reforzador, tiene que probar a modificar su conducta, esto es, o dejar de criticar porque no vale para nada. o bien plantear la crítica de un modo constructivo, que sí pueda conseguir su meta.
Cómo hacer un banco de niebla.
Como hemos dicho antes, la primera ventaja de las técnicas que vamos a experimentar aquí es permitirnos la desensibilización por habituación a las críticas, esto es, que las críticas no nos jodan tanto como solían, y por tanto no evoquen las respuestas que solían evocar. Aquí el banco de niebla es una estrategia esencial.
Para hacer un banco de niebla, lo único que tenemos que hacer es escuchar atentamente a lo que nos dicen, y buscar lo que podría (ojo al condicional) ser verdad, para a continuación reconocerle a la otra persona que eso podría ser así, pero sin comprometernos a hacer lo que se nos dice.
Por ejemplo, si alguien te dice que dónde vas así de corta, enseñando tanto cacho, una posible respuesta de banco de niebla podría ser:
“Pero ¿dónde vas así, no ves que casi se te ve el culo?”
Es verdad, podría ir más tapada.
O:
“Pero ¿dónde vas vestida así, no ves que casi se te ve el culo?”
“Es verdad, casi se me ve el culo.”
Y FIN. Reconocemos la parte de verdad que (casi) siempre va a haber en la crítica del otro, pero no hacemos ningún esfuerzo por discutirlo ni por afirmar que haremos o no caso (en la práctica, haremos lo que nos pete).
Es importante:
No enfadarse, y responder en tono neutro o, incluso mejor, cordial. En el momento que te enfadas o contraatacas la persona entra en modo ENCIMA y ya se ha jodido el invento.
Insistir en el banco de niebla tanto como se necesite, recordad que la persistencia es el principal componente de la conducta asertiva, y de cualquier procedimiento de modificación de conducta. La persona tiene que darse cuenta de que sus críticas no van a ninguna parte, que no va a sacar nada. Lo explicamos aquí:
Escuchar y responder literalmente a lo que ha dicho el otro, y no a lo que creemos que ha dicho el otro, o a lo que parece que implica el otro. ¿Por qué? Pues porque si respondemos a lo que parece que el otro quiere realmente decir (incluso si tenemos razón, ojo), lo que estamos haciendo es darle a esa persona el clásico agarradero de “¿yo, yo no he dicho eso, hay que ver cómo eres, cómo te pones y blablabla.” No se les da escapatoria.
Compara esto con la reacción habitual que tenemos cuando se nos critica, que es defendernos y tratar de negar la crítica, como si eso hubiera convencido a alguien (especialmente al que hace críticas maliciosas o destructivas) alguna vez. Porque tenemos el reflejo de que tenemos que poder justificar nuestras opiniones, deseos y sentimientos en base a una estructura arbitraria externa, no podemos sencillamente responder de modo asertivo, tenemos que negar la crítica o justificarnos. Eso lo explicamos aquí:
¿Pero cómo le voy a dar la razón a alguien que hace una crítica falsa?
Si alguien te acusa de haber asesinado a un gatico, y no lo has hecho, no necesitas usar el banco de niebla, te puedes reír de esa persona igual que si dijera que vas levitando a un metro del suelo.
Pero en muchos casos, cuando la crítica es acerca de una cualidad nuestra (“es que pareces tonto”, “es que eso es muy egoísta”) muchas veces el tema no es si es 100% verdadera o falsa, es que dependerá de con quién te compares o en qué contexto estés. ¿Eres tonto? Pues según con quién te compares, puede que seas tonto. No pasa nada con admitir que, a veces, a la otra persona le podemos parecer tontos. Eso no quiere decir que lo seamos. Reconocer la posibilidad de que puedes parecer tonto por hacer lo que quieres no es lo mismo que admitir que eres tonto. Por eso, decir “sí, imagino que a alguna gente le puedo parecer estúpido” es una respuesta plenamente asertiva a los intentos de manipularnos haciéndonos sentir mal por la desaprobación de los demás. Y sí, todos hacemos gilipolleces, por otro lado. Eso es así.
El banco de niebla es la conducta más básica de afrontamiento de críticas, por lo que tiene de desensibilización. Y esa desensibilización nos permitirá poner en práctica las otras dos técnicas para acabar con las críticas, pero eso será ya el año que viene.
Y por este año, esto es todo. Os deseo a todos que las fiestas hayan sido amables con vosotros, y que la entrada del nuevo año esta noche (y ya puestos, el resto del 2025) os sea muy propicio y vaya muy bien a todos. Nos vemos al otro lado.
Feliz año Ramón, aunque tú no lo sepas eres una de las personas con las que más he aprendido en 2024, muchas gracias por todo lo que compartes.
Que tengas un año increíble Ramón. Gracias por lo que compartes!!